
El documento analiza el "Ciclo Herreros" en la obra de Manuel Mejía Vallejo, última etapa creativa del autor que abarca desde Aire de tango (1973) hasta Los invocados (1997). Este ciclo marca un replanteamiento narrativo tras una etapa de realismo y denuncia social, con la creación de una geografía detallada, el pueblo ficticio Balandú, un linaje familiar marcado por tragedias y un lenguaje literario renovado, más conciso y sugerente. Las obras centrales del ciclo, como La casa de las dos palmas, Tarde de verano y Los invocados, narran la decadencia de la familia Herreros y su conexión con el pasado, explorando temas como la nostalgia, el desarraigo y la fatalidad. Escrito por Juan Luis Mejía Arango, el texto destaca la capacidad de Mejía Vallejo para reinventarse y su legado en la literatura colombiana.